...y uno más de esos frentes del pasado, donde no era todo ser, ni existir, ni nada que pareciese libertad, sino el aire viciado de puro, tabaco rancio, vacio y mejunges de ideas gelatinosas con mascaras de un carnaval grotesco, Goyesco y paralítico de emociones...ocultas.
Cuando a la Ostia la elevaban, reflejaba hambre y los avidos ojos comían el sustento pegajoso al paladar y con muecas de arrepentimiento al cielo con alleluyas. ¡Joder!